E: ¿Cuáles fueron tus mayores obstáculos para crecer en una industria que, a diferencia de la banca tradicional, no está tan masculinizada?
CJ: Creo que fui sumamente afortunada porque pude salirme de un entorno financiero bastante convencional, donde sabía que no iba a ser escuchada y donde era claramente una minoría. Y encontré a dos personas que compartían mi visión y cuyos talentos complementaban a los míos, lo que hicieron de Nubank un lugar que desafía el status quo.
Hemos recorrido un gran camino en los últimos siete años, pero somos conscientes de que nos queda un largo camino por recorrer y estamos comprometidos en hacer de Nubank la empresa más igualitaria del sector tecnológico en Latinoamérica y, por qué no, en todo el mundo.
E: ¿Qué lecciones personales de liderazgo les puedes compartir a las mujeres que buscan su desarrollo personal y ocupar posiciones de liderazgo?
CJ: Creo que lo más importante y satisfactorio para mí ha sido crear un entorno laboral en Nubank donde todos saben que son parte activa del éxito de la empresa; donde las ideas de todos cuentan y nadie siente que sus opiniones y contribuciones serán ignoradas. Creemos al 100% en una estructura abierta donde todos son parte de la innovación y pueden brindar soluciones a las necesidades de nuestros clientes. Uno de nuestros principales valores es crear equipos fuertes y diversos, y una cultura orientada al feedback, la transparencia y la colaboración.
Por otra parte, creo que los tres co-fundadores de Nubank (David Vélez, Edward Wible y yo) compartimos una gran pasión y dedicación por la misión de la compañía de liberar a las personas de la complejidad y devolverles el control de su dinero. Es algo que buscamos contagiar a todo el equipo y buscamos liderar desde el ejemplo. Para darte un ejemplo muy personal del compromiso que tengo con esa misión y con nuestros clientes: cuando estaba embarazada de mi hija Alice, a quien considero la “gemela” de Nubank porque nacieron casi al mismo tiempo, lideré la presentación a inversores para levantar capital con un embarazo muy avanzado. Y cuando Alice nació, decidí reincorporarme de inmediato porque acabábamos de lanzar nuestro primer producto y recibía las llamadas de los clientes a mi teléfono personal.
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Siendo honestos, la falta de diversidad como concepto en el mundo financiero es un gran problema, no sólo para los que trabajan en las instituciones, sino también para los clientes. ¿Por qué? Porque si únicamente hay un grupo pequeño de gente, que se ve igual, piensa igual y tiene los mismos problemas, el desarrollo de productos se limitará a personas iguales a ellos. Por eso es fácil terminar con productos y servicios que no responden a necesidades de una población diversa. No es inclusivo.
Uno de los pilares de Nubank a nivel global es precisamente la diversidad. Y no es solamente una afirmación que suena bonita pero no existe en la realidad. Actualmente, 42% de todos nuestros empleados son mujeres pero, aún más importante, también ocupamos casi 40% de las posiciones de liderazgo dentro de la empresa. En ingeniería, donde la media de la industria es 12%, en Nubank 20% del equipo de ingeniería son mujeres.
Para reforzar este compromiso por crear un lugar de trabajo más diverso, el 8 de marzo anunciamos una meta de contratación global de 3,300 mujeres para 2025. También nos proponemos que, por lo menos, 50% de los puestos de liderazgo sean ocupados por mujeres. Y este compromiso involucra a las operaciones que tenemos en Brasil, México y Colombia. Particularmente en México, nos comprometemos a que 50% de las nuevas contrataciones sean mujeres.
Con iniciativas como estas, buscamos influir a toda la industria a alcanzar la equidad de género.